Iba a hacer un extenso epílogo, pero siguiendo los consejos del Gobierno voy a ser productivo (consejo que está de más, ya que los españoles siempre hemos sido un pueblo muy productivo: "si lo puede hacer otro por mí, para que voy a currar yo") y utilizaré el de un gran amigo. HASTA SIEMPRE NAYJO
Mis pobres queridos niños:
el próximo sábado a medianoche el épico, mítico y tragicómico bar nayjo cierra definitivamente.
Con lo que más de uno nos quedaremos sin casa (si hacemos caso a esa definición mítica de Antonio Gala: "Casa es donde le esperan a uno").
Aunque a simple vista, el garito no parece más que la clásica ratonera de barrio, los roedores que nos recogíamos en su cobijo hemos construido allí nuestra parroquia durante muchos muchos años.
Nadie diría que bajo ese aspecto de patéticos borrachos, mostraban su verdadero yo todo tipo de oficios y aficiones: informáticos, ingenieros, pintores, arqueólogos, albañiles, peluqueros, estudiosos del séptimo arte, médicos, empresarios, cómicos de la legua, autores de ofimática, futuros arquitectos e ingenieros, futbolistas, periodistas, telefonistas, escritores de los malos y alguno de los buenos, profesores de diversas especialidades, campeones de billar, historiadores, biólogos, dinamiteros, psicólogos, hombres del saco, perforadores de túneles y hasta alguno que sabía algo de hostelería. Y todos hemos dado las más de las veces vergüenza ajena, pero eso sí, en agradable compañía y supercalifragflísticas conversaciones.
Total, que si tenéis algún recuerdo entrañable de este crisol de culturas y queréis despedirlo, la cosa transcurrirá durante la tarde de este sábado 27 justo hasta medianoche (si es que el Josito es capaz de echarnos). El caso es que a esa hora u otra será la última vez que nos saquen del bar con el jodío still got the blues.
Total, que si tenéis algún recuerdo entrañable de este crisol de culturas y queréis despedirlo, la cosa transcurrirá durante la tarde de este sábado 27 justo hasta medianoche (si es que el Josito es capaz de echarnos). El caso es que a esa hora u otra será la última vez que nos saquen del bar con el jodío still got the blues.
No se quien co…… (se puede añadir “ño” ó “jones”, a gusto del consumidor) serás, pero que te conozco fijo. Ahora, te jodes que tu tampoco vas a saber quién soy yo.
ResponderEliminarA lo que vamos, después de arduos e infructuosos estudios y de haber recopilado documentación en las Universidades de Salamanca, Oxford, Cambridge, Harvard....., no he podido establecer los orígenes arqueológicos del puente del “mermao”, antiquísima construcción de la que ya no quedan vestigios. Apelando a su profundo conocimiento sobre el principado de Garrido, le agradecería me informará sobre sus orígenes.
Saludos.
Si frecuentas cualquiera de los bares del barrio (hoguera, farolas, balabuskha, greco...)y los bajos fondos del barrio, ésto es redudante ya que todo el barrio es un bajo fondo en si, seguro que nos conocemos.
ResponderEliminarEn lo relativo a tu pregunta ¿el puente del mermao, dónde estaba eso? Es la primera vez que lo oigo en mi vida. Dios santo, ¿hubo un río en el principado durante los años que estuve internado en el Proyecto Hombre?
Pues nada, como sabes el blog está abierto a todos los garriders, así que si quieres le podemos dedicar un post al "puente del mermao"
Por eso te digo, por que mas de una vez he salido a gatas de esos clubs sociales que mencionas.
ResponderEliminarEl puente “El mermao” era el que estaba al final de la Avenida Federico Anaya, donde el
Ecuador, se da la circunstancia que por encima pasaba el Ferrocarril (y digo pasaba porque creo que ya no pasa) y por debajo un coche. Sí, un coche ya que los que subían por la Avenida, tenían que esperar a que pasaran
los que bajaban, puesto que sólo tenía un carril para los dos sentidos.
Saludos.
Vaya claro que se cual es, creo que pase por él un millón de veces cuando era benjamin en el Marconi e iba a entrenar a la "fede", lo que no sabía es que tenía nombre.
ResponderEliminarBueno, lo incluiremos en el especial "Parque de Wurzburg Bronx", vamos lo que nosotros llamamos Bisbul...