Quienes emitían estos tétricos lamentos, ¿eran fantasmas atrapados entre las viejas paredes del caserón? ¿antiguos moradores sedientos de sangre? ¿me había convertido en protagonista de una novela de Lovecraft? No, eran unos que iban más borrachos que yo y que habían decido saltar la valla para explorar el caserón.
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El caserón del terror |
El caserón de Drácula (nombre con el cual es conocido popularmente) siempre ha sido un enigma y nos ha planteado importantes interrogantes a los garridenses, el primero sin duda "Por qué cojones el propietario no lo vende pa hacer pisos" "Madre de dios pero si ahí tiene un Potosi" "con lo que me diesen nos íbamos a estar tocando los huevos el resto de nuestra vida yo y hasta mis bisnietos" "vamos si me dejan a mi, que hasta tiraba la catedral y la fachada de la Universidad para hacer pisos en el puto centro, tiraba esta puta mierda"
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El caserón visto desde la calle guerrilleros |
El segundo es ¿de quién es ésto? La leyenda dice que es de unos farmaceúticos de Madrid. Recuerdo que hace unos cuantos años, especialmente en verano, se podía ver a una pareja de ancianos paseando, sentados.... en el jardín. También estuvieron habitados lo que, me imagino, eran las dependencias de los guardeses de la casa. Durante esos años la casa estuvo bastante cuidada y presentaba una aspecto más o menos decente.
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Jardín trasero |
"Dicen", yo no he entrado nunca, que en su interior se podían encontrar muebles de gran valor, ropas de época e incluso había carruajes en las caballerizas.
Fuera de coñas, la verdad es que una lastima que se pierda un rincón tan peculiar... podían adecentarlo y convertirlo en un parque (ja, ja, ja...) o en un centro social (ja, ja, ja....). Para ser realistas, mejor que se quede como está, seguramente lo tiren y hagan pisos o un parking...