domingo, 24 de junio de 2012

Garrido en plena involución.

Hace un par de años el principado era considerado un barrio "burgués", vamos pijo... Que si las "infraestructuras que se habían construido" (es decir la Biblioteca y el Gimnasio del Multiusos al que ningún garrider de bien va, bueno miento: a sus escaleras para hacer botellón y batir palmas sí) que si el carril bici...
Pero este fin de semana me he dado cuenta que en realidad estamos volviendo a los 80: los gitanos con su cabra y el órgano por las calles, palos de radiocassettes en el parking público de garrido, tuneados de coches clásicos como el 127...


Ole el 127 de los Starsky y Hutch

domingo, 17 de junio de 2012

Rincones para el recuerdo: los salones recreativos.

Puntos de venta de droga, escuelas de delincuencia, refugio de quinquis, clubes sociales,... y tal vez, sólo tal vez, lugares para echarse unos billares o matar unos marcianos; hoy haremos un emotivo repaso por una de las instituciones que más han influenciado a los garriders que tenemos entre treinta y pocos y cuarenta y muchos años...
Garriders ochenteros malgastando su tiempo e hipotecando su futuro en un recreativo.

EL LUYMAR

Se que esta afirmación generará un profundo debate especialmente con los sarasas del Montre  pero el Luymar era el salón recreativo por excelencia de Garrido. Exceptuando el Congreso de los Diputados o una Concejalía de urbanismo, dudo que la humanidad haya conocido un lugar con una concentración tan alta de chorizos, gentuza... por m2. En realidad, al igual que  cualquier salón recreativo de la época, era un microcosmos donde podías encontrar un amplio abanico de personajes:

  • Macarras: ya realizamos un estudio antropológico de los mismos en el post dedicado al Parque de Garrido (sus hábitos siguen siendo los mismos que en los 70' y 80´: básicamente no hacer nada de provecho); pero debemos destacar un tipo de macarra ya extinguido en el Principado: el tipo "Vaquilla" que había participado en miles de palos a joyerías, robos de coches incluyendo persecuciones policiales... que rememoraban con deleite una y otra vez. En verano era habitual ver una hilera de quinquis sentados sobre los muretes de la rambla comiendo pipas y fumando porros.
  • Pre-freaks: mucho antes de que existiese Internet ya eramos   había muchos freaks que se podían pasar horas y horas delante de una pantalla luchando contra dragones o liberando princesas de las garras de un sucio ogro. Los freaks solían pagar un pequeño impuesto a los macarras (podía ser un "tanque" [una vida de las tres que daban en la partida], una moneda de cinco duros...) para ese modo poder jugar con tranquilidad (vamos sin que nadie le diese collejas, le quitase las gafas...)
Pre-Freak vigilando sus espaldas por si le toca una colleja.

  • Maestros: normalmente grandes especialistas en billar, causaban gran admiración y respeto entre los macarras.
  • Gentucilla: grupo heterogéneo formado por pardillos (a los que los macarras solían timar en partidas de billar, tenis de mesa... con el típico truco de perder la primera partida), aspirantes a macarras, estudiantes que hacían peyas...
  • Personaje misterioso: ser mitológico (nadie nunca lo vio pese a operaciones de vigilancia y seguimiento) y solitario que arrebataba todos los records de las máquinas tanto a los freaks como a los macarras. Man, Win... eran su firma habitual. Solía actuar a la hora de la comida o primeras horas de la mañana.


Lugar donde se localizaba el Luymar
El luymar ofrecía diversión a todos los grupos de edades. En uno de los extremos se localizaba la zona infantil, cuya máquina estrella era una cazarroza del "West fargo" con una pantalla por la que desfilaban unos indios de plástico a los que podías disparar con una pistola. En la zona central se localizaban  los futbolines, las máquinas de petaco y las "máquinas" de marcianos.

Máquinas de petaco, cuanto tiempo malgastado en ellas...
La llegada de nuevas máquinas eran esperadas con impaciencia por la fauna que pululaba por el Luymar, ya que era normal los piques para  conseguir la máxima puntuación, pasarse el mayor número de pantallas... algunas de ellas eran cuasi divinidades para los parroquianos, creo que una de las más queridas era "la del trailer"

Ole el trailer...
En la zona del fondo se localizaban los billares y las mesas de ping-pong. Salvo a primeras horas de la mañana y la tarde (que es cuando iban los maestros) nadie solía jugar, por lo que los parroquianos, especialmente cuando hacía frío o llovía, se podían sentar tranquilamente en las mesas de billar y ping-pong a  comer pipas, beber litros, fumar...
La leyenda cuenta que sobre una mesa como ésta los jefes de los clanes Garrider firmaron (más bien hicieron una X) el  tratado de paz.


Poniendo orden en el recinto estaba el encargado "El Gerardo", que había llegado a un acuerdo tácito con los parroquianos que básicamente era "vosotros no la montáis aquí y me dejáis tranquilo y yo os dejo tranquilos a vosotros". Quien no acataba esa regla podía sufrir un latigazo de su "picha de toro", aunque siempre tras una primera amenaza "como no se sus esteis quietos saco la picha de toro"

Picha de toro

Su saludo habitual era "¿hace mucho que no...?" mientras introducía y sacaba un dedo dentro de su otra mano semi cerrada. Me entere que "el Gerardo" murió hace un par de años, sirva el post de hoy de pequeño homenaje.

Los domingos por las mañanas solía ir el "el Jefe", que aprovechaba la mañana para subir la puntuación de las máquinas para conseguir partidas, afinar las faltas de los petácos, modificar a dificultad máxima las ROMS de las máquinas de marcianos...

EL MONTREAL 76 (el Montre)


Situado en el Parque de Garrido es otro de los recreativos míticos del principado, especialmente su fachada formada por baldosines blancos y negros.

Local donde se ubicaba el montre


Al frente del negocio estaba el Señor Pepe, conocido por su mala hostia y control ferreo del fuerte, algo que hacía también que fuesen pocos los quinquis que pululaban por allí ya que si no estabas jugando una partida eras expulsado inmediatamente. El señor Pepe murió casi al año siguiente al jubilarse.

Quinquis jugando al petaco y, como no, haciendo el gañan.


El Montre era mucho más pequeño que el Luymar, pero la distribución era la misma. Una zona infantil cuya máquina más representativa era  una pequeña noria con la imagen de una bruja volando sobre su escoba.
El área de los recreativos, cuyas máquinas estrella eran "la de béisbol", en el caso de pinball, y la del "Pengo" en el caso de las árcade.


También había una mesa de billar francés en la que se celebraban campeonatos  con trofeo incluido como premio.

EL MEDITERRÁNEO

El Mediterráneo estaba en la plaza Barcelona, lo abrieron a finales de los 80, época en la cual los salones recreativos empezaban a estar de capa caída. La verdad es su estrategia de marketing era buena: vender chucherías a los adolescentes y poner música molona. Pero pese a sus intentos no adquirió nunca el cache del Luymar y el Montre.

Fachada trasera y delantera del  Mediterráneo


SUPERDIVER

El superdiver se localizaba en el edificio de la rotonda que se encuentra al final de Federico Anaya. Lo abrieron a mediados de los 90, el dueño debió pensar que su proximidad a los colegios e institutos lo convertiría en un imán para los estudiantes garriders que hacían peyas, pero la verdad es que apenas duro un par de años.

Lugar donde se localizaba el Superdiver

RECREATIVOS CLUB PEKÍN

Recreativos de vida efímera, estuvieron abiertos un par de años a comienzos de los 70, que estaban situados en la avenida Alfonso VI (junto a la Plaza de Toros) Tenía dos plantas y en la inferior estaban los petacos y alguna máquina recreativa y en la superior los billares


Local donde se localizaba el Club Pekín




viernes, 1 de junio de 2012

¿Una librería cristiana en Garrido?

Los visionarios, especialmente cuando son profetas en su tierra, son siempre tildados de locos, dementes... y sus mensajes proféticos son ignorados por la masa. Nuestro regente, el V virrey de Sicilia, nos viene advirtiendo desde hace años que hay una conspiración del Papa y del Opus Dei que le ha privado no sólo de sus posesiones de ultramar, sino que amenaza su más preciado bien: el Principado de Garrido.
En este vídeo podemos ver que este hombre se tiene una pedrada en la cabeza de espanto la exposición de sus teorías:



Sus advertencias se han hecho realidad, que pongan una librería en Garrido, bueno, cada uno es libre de tirar su dinero directamente a la basura, pero ¿que sea cristiana...? Pues sí amigos, en la confluencia de la calle del Greco con el paseo de los madroños, han abierto una librería cristiana. ¿será una tapadera del Opus Dei y la CIA para iniciar la invasión del Principado? Cuidado amigos...
De esas cosas que llaman "libros"

La librería en sospecha, cuidado con el mensaje del cartel "refresca tu ser" no vayáis a confundirla con un bar.