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La churrería, que por cierto se llama "Salamanca", como antes era la única que había en el barrio simplemente era la "churrería". |
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Churros, lo mejor para prevenir la resaca. |
Durante mis años de adolescencia y Universidad yo fui uno de esos borrachines, protagonizando junto a mis amigos patéticas situaciones que han pasado a la memoria colectiva, y hoy recordamos con placer cuando nos juntamos de pascuas a ramos para cenar: "la vez que estabas tan borracho que te caíste del taburete y te hiciste una pitera" "la vez que a Pepe le cambiamos el vaso de chocolate por uno de coñac, pero como iba tan borracho ni se entero y siguió mojando los churros en él"...) Escenas que el antiguo churrero soportaba con una paciencia propia del Santo Job, mientras nos miraba me imagino que pensaba "pero si hace sólo unos años erais un críos que veníais a comprar los churros de la mano de vuestra madre". Por cierto, de cuando era un niño, siempre recuerdo ese churro que te daba de más o un vaso de chocolate mientras esperabas.
Y es que queridos adolescentes que comenzáis vuestra andadura por el maravilloso mundo del alcohol , después de una buena noche de "sople" no hay mejor que pasar por la churrería para prevenir la resaca y futuras cirrosis del hígado; el aceite de los churros hace de barrera natural en las paredes de intestinos y órganos impidiendo que el alcohol entre en ellos... En resumen: que los churros, al igual que los bocadillos de baicon queso del Leonardo, son los mejores amigos del borrachin de fin de semana, llegaréis a casa frescos como una lechuga y vuestros padres no se darán cuenta que habéis estado toda la noche "soplando".