sábado, 4 de noviembre de 2017

El process garrider de despoblación.

Desde hace meses los medios de comunicación nos saturan con problemas impostados; tal vez el objetivo es que nos olvidemos de los problemas con los que vivimos día a día. Una ciudad que envejece a pasos agigantados (en 2016 el número de personas de más de 65 años era mayor que el grupo de jóvenes de 0 a 16 años); que cada día pierde 3 jóvenes que buscarán en Madrid o en el extranjero las oportunidades laborales que Salamanca es incapaz de ofrecerles. Calles inundadas de pisos y locales de carteles con carteles de se alquila o se vende, ya ni la rancia "industria" local (tener un piso para alquilar a los estudiantes y vivir del cuento) funciona.
Aunque hay pocos visos de que esto cambie, poco parece importarnos, con poner una bandera en el balcón todo parece arreglarse.


Éxodo juvenil y envejecimiento de la población, en una sola imagen la realidad de Salamanca 

Dos ancianos aprovechan una tregua durante una mañana de lluvia para dar un paseo. Recuerdan sus años de juventud, cuando el paseo de la Estación era un hervidero de comercios y pequeñas fábricas.

Calles llenas de locales con el cartel de "Se alquila"o "Se traspasa"; en algunos casos con los números casi ilegibles por el paso del tiempo.  No hay dinero para crear los negocios ni clientes para mantenerlos

Un parque que se ha quedado mudo desde hace lustros: ya no se escuchan ni los gritos ni las canciones infantiles.

En los balcones las banderas de España compiten con los carteles de "Se vende"

viernes, 12 de mayo de 2017

Garrido Viejuno: original protesta contra el barro

Entre las décadas de los 70 y mediados de los 80 la mayor parte de las calles del barrio estaban sin asfaltar. Los que por entonces eramos unos críos volvíamos hasta arriba de barro en invierno y de polvo en verano; más de una vez, después de un gran chaparrón, era normal ver a coches atrapados en el barro (vamos como si fuese un punto remoto de Siberia)
Las protestas para conseguir que el asfaltado de las calles eran constantes, unas veces en forma de manifestación y otras más originales y llenas de ironía y humor como esta...




... en la que un miembro de una de las organizaciones vecinales simula pescar en un charco formado en el Paseo de los Robles. Viendo el diámetro del charco y el barro que cubre la calle uno se puede hacer idea de lo "divertido" que era andar por esas calles.