Aquellos marcos, usados por los fotógrafos como reclamo publicitario y que recogían los momentos clave de la vida de un garrider (comunión, boda, salida de la cárcel...), eran el Facebook y el Tuenti de la época.
En mis peores pesadillas mi madre me obligaba a tomar la comunión y le daba permiso al fotógrafo para colgar las fotos en uno de esos marcos. Después mis amigos realizaban unos de nuestros pasatiempos favoritos: reírnos de los que salían en las fotos. "Vaya orejas, parece Dumbo" "tiene dientes de conejo" "mira como pone las manos para rezar, parece un bujarrón"...
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